Carta de su amiga Maite del 13 de abril y poema del 12 de marzo de 2007
Buenas tardes, Mariano. Trabajo en la Delegación d'Ensenyament y fuí,
por lo tanto, compañera de Dolors y amiga suya. Me ha emocionado mucho
la página que le dedicas, y he estado muy contenta cuando he sabido que
siempre que quiera puedo verla. Muchas gracias por compartir tu recuerdo.
He sabido de vosotros por la prima de Dolors, que nos ha mantenido
al corriente de vosotros. Con Dolors hablé por teléfono alguna vez que
llamé para saber cómo estaba; la verdad es que siempre la encontré
animosa. Guardo de ella un recuerdo excelente; nos entendíamos muy bien,
teníamos ideas similares i la tendré siempre en el corazón (yo escribí
el poema "Adéu Dolors..." que te entregaron los jefes). Era una gran
persona, siempre solidaria y alegre, y me ha dejado una huella
imborrable. Iré viendo la página, sobre todo para ver sus fotos.
Como ves, somos muchos los que queremos a Dolors.
Un abrazo,
A la Dolors Cabrera
Adéu Dolors!
Esperan's a la porta com sempre has fet,
Alegre i cordial,
Que el teu somriure franc no ens falti,
que no ens manqui tampoc
el teu suport vital.
Que ens abracem de nou sota els cels estelats,
que tornem a sonriure tots plegats,
ben lluny del que és mortal.
Versión en castellano de la autora:
Adiós, Dolors!
Espéranos en la puerta como siempre,
alegre y cordial.
Que no nos falte nunca tu sonrisa,
que tampoco nos falte
tu soporte vital.
Que volvamos a abrazarnos bajo el cielo estrellado,
que volvamos a sonreir en lugar alejado
de todo lo mortal.
El poema se refiere al hecho de que Dolors era siempre la primera
que me sonreía, porque su mesa estaba justo al lado de la puerta, y
me daba tal paz y alegría, que deseé que, cuando me muera yo, Dolors
me diera la bienvenida como siempre. El soporte vital viene a cuento
porque Dolors, que era muy inteligente -yo creo que ésa era la madre del
cordero de todas sus virtudes, que eran muchas-, había organizado tan
bien el tablero de anuncios y el archivo, que siempre teníamos a mano lo
que necesitábamos por raro que fuera, y ella estaba contenta cada vez
que veía que nos resolvía un problema.
Creo que te gustará saber que Dolors me acompañó mucho con su afecto
y sus palabras cariñosas en momentos muy duros de mi vida, cuando a mi
marido le diagnosticaron un cáncer, cuando murió mi madre, cuando pasé
digustos familiares grandísimos... Nunca olvidaré a Dolors i me consuela un montón su página. Te la
agradezco mucho.
M. Teresa García Fochs (Dolors, como todos mis amigos, me llamaba Maite)
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