Sobre el tratamiento de los Linfomas durante y después de la quimioterapia

    La necesidad de mantener altas las defensas del organismo

    El pasado 3 de febrero de 2008, en la sección de cartas de los lectores y como carta central escogida que reproduzco aquí, se hablaba del cáncer, mejor dicho, Abraham Méndez Ramos, escribía sobre la lucha contra el cáncer y eso me hizo revivir pasajes de la enfermedad por la que mi esposa, Dolors Cabrera Guillén, pasó de esta dimensión al Más Allá o como lo queramos llamar. Ya he escrito en otras partes de esta página que para mi, como para muchas otras personas la muerte no existe y es simplemente un cambio de dimensión, muy doloroso para las personas que deben permanecer en la Tercera Dimensión.

    Hay muchos tipos de cáncer y no voy a entrar en ese tema puesto que no soy médico, pero si tengo una experiencia personal obtenida del proceso de la enfermedad de Dolors y quisiera decir algo al respecto por si puede servir de ayuda a otras personas que lean esto y conozcan algún caso parecido, en la familia o entre las amistades.

    Mi esposa, Dolors, fue diagnosticada de tener un linfoma. Según el médico que nos dio la noticia y en palabras suyas "Si yo tuviera que padecer un cáncer escogería éste porque es de tipo blando y la quimioterapia da muy buenos resultados". El caso es que mi esposa, comenzó el tratamiento standard de quimioterapia y en las pruebas de tres TACs de cuello, tórax y abdomen realizadas a las tres sesiones, salía que no se detectaban células cancerígenas. La quimioterapia se siguió haciendo a pesar de todo porque el protocolo completo es de seis sesiones, pues la ciencia reconoce que aunque en los TACs no se detecte no quiere decir que se haya eliminado.

    Al finalizar la sexta sesión y última de su quimioterapia, a Dolors le volvieron a hacer los 3 TACs de cuello, tórax y abdomen y seguía saliendo limpio de células cancerígenas. El oncólogo estaba muy contento y nos dijo que ahora con la aplicación de la nueva terapia de Anticuerpos Monoclonales, que su tipo de cáncer admitía (no todos los tipos de cáncer admiten de momento este tratamiento) podíamos estar tranquilos y si volviera a reaparecer al cabo de unos años no sería necesario repetir la quimioterapia y con unas pastillas se podría tratar.

    Qué bien, Dolors, estaba muy resentida después de soportar 6 meses de quimioterapia pero ahora, vendría el reponerse poco a poco y volver a la vida normal. ¡Mentira! Eso era la teoría. La práctica es que muy pocos días después de terminar la quimioterapia empezó a dolerle la espalda y los médicos, los oncólogos, comenzaron con visitas y tratamientos ordinarios para calmar el dolor, pero como éste no cedía tuvo que ser ingresada de nuevo y pruebas y más pruebas pero el caso es que tuvo una metástasis y en poco más de un mes falleció.

    Y esto que voy a decir ahora es en lo que quiero hacer incapié. Cuando Dolors terminó el tratamiento de la quimioterapia, ¿le dieron algún tratamiento preventivo para subirle las defensas? No. ¿Era necesario? Nosotros nada sabíamos al respecto. Una persona amiga que se dedica a tratar casos de cáncer, nos dijo un día que sobretodo cuando terminara la quimoterapia le subiéramos enseguida las defensas. Aquello fue una conversación que en aquel momento como estábamos con la quimioterapa pues ahí quedó. Pero más tarde, he pensado en qué hubiera pasado si los oncólogos, cuando al terminar la quimio y Dolors se empezó a quejar de dolor de espalda, no tenían la experiencia de que eso era un síntoma de una posible metástasis del linfoma a la columna vertebral, como así resultó ser al final, después de perder muchos días y semanas con pruebas y preguntándose qué será, qué será, por parte de los médicos, hasta que cuando supieron qué era ya no había remedio porque ni la Radioterapia ni los Anticuerpos Monoclonales que le empezaron a dar ya no podían contra el cáncer. Sin embargo, en honor a la verdad, he de decir que los oncólogos de la Clínica Corachán, siempre nos decían que no nos preocupáramos que lucháramos que todo se podía solucionar, hasta que de un día para otro, es decir, un viernes nos estaban dando explicaciones de los masajes que teníamos que darle en las piernas pues la darían de alta y vendría a la clínica a hacerse el tratamiento de Anticuerpos Monoclonales, y al día siguiente sábado vienen y nos dicen que los últimos análisis de sangre indican que no hay nada que hacer, que la metástasis es muy fuerte y el cáncer les ha ganado la batalla. Y el mismo médico que nos dijo que él elegiría ese cáncer si tuviera que escoger alguno, fue el que me dio la noticia y me dijo que como yo conocía mejor a mi esposa le diese la noticia de que se estaba muriendo y le quedaban dos dias de vida.

    En esos momentos estás aturdido y no puedes pensar con serenidad, máxime cuando todos los médicos conocidos te dicen que ha sido una suerte que fuera así pues de lo contrario hubiera durado quizás un tiempo más pero con una calidad de vida muy mala, conectada siempre a una bomba de morfina, etc.,etc.,etc., y es muy posible que así sea. Sin embargo, yo creo que si el équipo médico tuviera experiencia al terminar el tratamiento de quimioterapia, sin perder tiempo, tenían que haber trabajado en subir las defensas de la persona lo máximo posible y no lo hicieron y estoy seguro, sin ser médico, que la metástasis se produjo porque terminada la quimioterapia que es lo que tenía a raya al cáncer, esté se lanzó agresivo al no encontrar resistencias y tener la persona las defensas bajas.

    Mi testimonio y el motivo de escribir este anexo en esta página de homenaje a mi esposa es para alertar a todo el mundo, pacientes, familiares y médicos, que cuando se acaba un tratamiento de cáncer, al menos en el cáncer del Sistema Linfático (Linfoma) es apremiante tratar y llevar con mucho cuidado el tema de las defensas, porque no es sólo necesario que las defensas se tengan a un mínimo para poder aplicar las sesiones de quimioterapia, que de eso sí se cuidaban muy mucho los oncólogos, sino después de terminadas las sesiones insistir en el cuidado del paciente en el sentido de conseguir a toda costa y sin pérdida de tiempo, ni un solo día, de levantar las defensas, cosa que no hicieron y cuando se quisieron dar cuenta ya estaba la metástasis encima.

    Los médicos, en general y con excepciones, son seres muy intelectuales pero eso no significa que sean inteligentes y eso nunca hay que perderlo de vista. Hay que seguirles de cerca y estudiar uno la enfermedad y guiarles y orientarles en lo que uno sea capaz, porque al menor descuido se lían, empiezan a hacer pruebas para eso y aquello y empiezan a centrarse en posibles enfermedades olvidando que tratan con personas y que las enfermedades se manifiestan de forma diferente según la persona.

    Qué tontería es la de decir que puede tener un hernia discal por el tipo de dolor que tenía, luego modifican y dicen hernia que puede estar producida por un linfoma en la columna. Acaso no tienen la experiencia de casos anteriores que terminado un tratamiento de quimioterapia las metástasis están a la orden del día sobretodo en los cáncer del Sistema Linfático y que en los casos de los linfomas algo que se ha de hacer inmediatamente e incluso yo diría que durante el tratamiento de la quimioterapia, es mantener siempre elevado el sistema de defensas del organismo.

    Y si lo saben porque no informan a la familia. Nosotros nos enteramos de un día para otro que el cáncer había ganado la batalla, porque nos mantuvieron con la esperanza de que entre la Radioterapia y los Anticuerpos Monoclonales se solventaría la situación. Habiendo recibido la última sesión de quimio el 14 de diciembre de 2006, durante el mes de enero no sospechamos que esos dolores de espalda que le comenzaron el 7 de enero, tan fuertes, tenían que ver con el cáncer, creíamos que era otra complicación que venía secundaria. ¿Qué sentido tiene ese mantener la esperanza hasta el final? ¿Para que el paciente luche? Yo creo en un Universo Multidimensional y con Leyes y no pierdo de vista que si estaba escrito que Dolors tenía que dejar la Tercera Dimensión el 12 de marzo del 2007 contra eso no se puede hacer nada, pero hay un refrán que dice a Dios rogando y con el mazo dando, o ayúdate que te ayudaré, y creo que hay un vacío médico, al menos en el equipo de oncólogos que nos tocó a nosotros, de que no tienen en cuenta en los casos de Cáncer en el Sistema Linfático, de que hay que tener un especial cuidado con las defensas del organismo, repito, no sólo para saber si se puede o no dar la sesión de quimioterpia, sino como parte integral de todo el tratamiento y su posterior seguimiento. Allí, estoy seguro que hay un vacío de la medicina y la culpa es exclusiva de los equipos médicos que se han olvidado de que tratan con personas y se dedican a tratar con enfermedades. Cuidado con fiarse de los médicos ciegamente. Por desgracia son necesarios, pero no hay que pensar que son dioses, son personas normales y corrientes y hay que seguirles de cerca y preguntar e incordiar si es necesario, porque son "sabios" muy despistados (a veces son ignorantes con un título), pero hay que estar detrás de ellos contínuamente de lo contrario las posiblidades de error aumentan en un grado elevadísimo. En mi caso estuve encima de ellos contínuamente y ni aún así, porque muchas veces se aprende de los errores, pero ellos, los médicos, que están trabajando en ese campo, creo que deberían de saberlo y que es un fallo muy garrafal, descuidar el tema de las defensas al terminar un tratamiento de quimioterapia en un caso de cáncer del Sistema Linfático.

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