Dolors, te cuento que el mismo día que dejaste tu cuerpo en la funesta habitación 906 de la clínica Corachan, la compañía de seguros que tu tenías concertada antes de conocerme, La Mallorquina S.A., y en la que me fui incluyendo yo y después Alana y Daniel, se portaron maravillosamente bien en todo momento cumpliendo con total amabilidad y respeto todos los puntos que figuraban en el contrato.
Esto me recuerda las bromas que nos hacías a tu prima Montse y a mí para animarnos, la tarde que nos comunicaron que te morías y empezaron a ponerte morfina cada seis horas. Nos decías riendo entre otras cosas: "Mariano, si la compañía funeraria de seguros intenta sacarnos dinero, por ejemplo explicando que hay tal y cual modelos de urnas para contener las cenizas, tú les dice que te las pongan en una bolsa de plástico", o también "Si te enseñan modelos de ataúdes le dices que uno que sea de cartulina, porque como al final lo han de quemar". Tú entrabas y salías del sueño que te estaban produciendo las inyecciones de morfina pero seguías con tus bromas cada vez que abrías los ojos, bromas que en vida me las habías dicho muchas veces pero que en estas circunstancias y para Montse que no las había oído nunca no podían menos que producirle hilaridad, sobretodo cuando nos dijiste sonriendo "Y si me ponen una lápida quiero que en el texto ponga: "Aqui yace una mujer que se pasó la vida intentando adelgazar y no lo consiguió". Que bromista que eras Dolors y cuántas veces nos has hecho reir en esta vida, ahora con temas macabros, muy apropiados para el momento. Nunca se me olvidarán tus últimas palabras antes de quedar dormida para siempre. Estábamos los dos solos en la habitación, yo estaba a tu lado cogiéndote la mano y de pronto abriste los ojos y me preguntaste qué hora era. Yo te dije que las 11 de la noche y tú me respondiste: "Joder, Mariano, así ¿cuando me voy a morir?", yo te respondí con lágrimas en los ojos y la voz quebrada que eso sólo Dios lo sabía, sonreiste, cerraste los ojos y ya no los abriste nunca más, seguiste durmiendo durante casi dos días hasta que cuando los volviste a abrir a las 18,50 del día 12 de marzo fue para dar tu último suspiro.
Traduzco a continuación el texto del Recordatorio que escogimos Alana y yo de entre los 50 que nos enseñaron:
DOLORS CABRERA I GUILLEN
murió en Barcelona,
el día 12 de marzo de 2007
a la edad de 54 años.
la vida...
... es una oportunidad, aprovéchala.
... es un sueño, hazlo realidad.
... es un reto, afróntalo.
... es un deber, cúmplelo.
... es amor, disfrútalo.
... es tristeza, supérala.
... es un misterio, desvélalo.
... es un himno, cántalo.
... es felicidad, merécetela.
... es la vida, defiéndela.
(Madre Teresa de Calcuta)
No es un adiós para siempre,
es sólo un adiós por un instante.
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