¡12 de diciembre de 2008. Hoy hace veintiún meses que te has ido!
Hola cariño mío, otro mes que ha pasado desde que te nos adelantaste en el camino, otro mes pero que ahora ya no es como antes. A medida que ha ido pasando el tiempo y he ido trabajando en tu integración dentro de mí, en tenerte siempre presente en todas mis acciones, en todos mis pensamientos y sentimientos, el contar siempre contigo para todo, eso me ha hecho mucho bien, ese amor constante hacia tí me ha salvado de caer en la desesperación o en la depresión o en el sufrimiento contínuo, porque si al principio me costaba mucho no llorar cuando menos me lo esperaba como me ocurrió los 14 primeros meses, que al menos me pasaba una vez al día, ahora ya estoy en disposición de ofrecerte momentos alegres siempre que puedo y reconozco que no sólo es ese amor que siento por ti el que me ayuda sino que el amor que tú sientes por mí también se deja notar. Cada vez que te siento muy cerca de mí, me encanta esa sensación, cada vez que al pensarte te siento, me lleno de alegría y te la ofrezco y como cada vez que algo me emociona, se ha instalado definitivamente en mí que automáticamente me conecto a tí, cada vez que siento vibrar mi corazón, estás tú allí y te siento, siento que estás a mi lado y a veces se me ha escapado alguna lágrima en esos momentos, pero no ha sido de sufrimiento sino de felicidad. Y eso ha sido el trabajo de integrarte poco a poco en mi vida, de ir sacrificando el sufrimiento en aras de poder ofrecerte momentes alegres, para que seas lo más libre posible, lo más feliz posible, para que sepas que estoy bien y no necesitas preocuparte de mi constantemente, aunque ya veo que te sigues ocupando de mi y que siempre estás teniendo detalles conmigo, como ocurría cuando estabas aquí físicamente. Sin ir más lejos, ayer mismo me había propuesto seguir completando mi colección de DVDs de las películas de James Bond y faltándome las 7 protagonizadas por Roger Moore, había decidido ir comprándolas de dos en dos. Sabía que valían lo mismo en el Corte Inglés que en el Fnac y ayer después de comer me dirigí directo al Fnac con la intención de comprar las dos primeras. Sin embargo a mitad de camino algo me hizo cambiar de ruta y me metí por otra calle y fui a parar al Corte Inglés. Tanto en una tienda como en otra estaban las versiones de caja metálica que a mi no me gustan, aunque el contenido interior sea el mismo. El caso es que me puse a buscar y en un rinconcito medio perdido había un pack con las siete películas de Roger Moore en el formato no metálico que a mi me gusta y que salía a mitad de precio. Enseguida pensé que me habías dirigido los pasos y cambiado el itinerario para llegar hasta ese rinconcito, así que las compré todas y me salieron a 6,5 en vez de a 13,90 que me hubieran costado de ir al Fnac y encima en el formato que me gusta. Gracias Dolors, porque no es la primera vez que me suceden estas cosas alegres que siempre te agradezco y te ofrezco y me emociona y me hizo volver a casa felíz y mandándote esa felicidad a tí, vida mía.
El otra día me acordé que los primeros meses, cuando me preguntaban como estaba, siempre decía, "mal", "muy mal" y en cambio la última vez que vi a Catherine, me dijo "Mariano, te veo muy bien" y yo le contesté sonriente "Es que estoy muy bien y todo gracias a Dolors, a que siempre está conmigo". Catherine sonreía y abría los ojos cada vez más y terminé mi frase diciéndole "no la vemos pero la sentimos".
ĦAh!, Dolors, (cómo me gusta pronunciar tu nombre), ya sabes lo encantado que me quedé el otro día, dentro del paseo diario de después de comer que me encontré con Arza, el compañero de clase de Alana que me reconoció y me invitó a un café y a un chupito de whisky y estuvimos hablando un ratito y al dejarlo y seguir el paseo de regreso a casa, me acordé de cuando íbamos en verano desde Fabra y Puig a los Baños San Sebastián en la Barceloneta, que nos hicimos socios y pasábamos algunas mañanas de los domingos allí, quedándonos a comer una paella en el bar restaurante que había en el interior del recinto y recordé que ibamos con Alana que era pequeña y nos encontrábamos con su amiguito Arza que, lógicamente, tambien era pequeño y pensé en aquel momento, en los años que pasaron sin vernos y ahora estábamos los dos hablando de adultos. Las vueltas que da la vida, me sentí muy bien y te lo ofrecí, te lo conté en el momento en que ocurría y ahora te lo recuerdo. Te quiero vida mía, que sigas siendo la fuente de felicidad que siempre has sido para todos y sé que donde estás así es, no podía ser de otra manera siendo un Alma tan cariñosa y dulce, tan dada a los demás, tan generosa y amable, tan... bueno te dejo porque son demasiadas tus virtudes para enumerarlas todas, que ya las tenías aquí y por eso te quería tanto todo el mundo que te conocía.
Mariano, Alana y Daniel, 12 de diciembre de 2008
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