12 de octubre de 2007 ¡Aquí estamos Dolors de mi vida!
¡Hoy hace siete meses que te has ido!
Querida Dolors, pasan los meses, ya han transcurrido siete desde que te fuiste y aunque tengo el consuelo de saber que estás bien y de que volveré a verte y eso hace que pueda soportar el dolor que me produce tu ausencia, eso no impide que la vida siga pero no de la misma manera que cuando tú estabas físicamente con nosotros. Como cada mes, el otro día pasé un rato en casa de tu tía Lucía y lógicamente estuvimos hablando principalmente de tí como no podía ser de otra manera. Se me ocurrió ir andando y volver andando y no me había dado cuenta que tan sólo nos separa un recorrido de 12 minutos, eso sí, un recorrido que tú y yo hicimos tantas veces juntos, que está plagado de recuerdos, aunque muchas veces paso por ellos como si fuera dentro de una burbuja, pues voy pensando en tí, voy monologando contigo, ya que aunque te hablo no puedo escuchar tus respuestas, y a pesar de que han pasado siete meses, según por qué circuítos de la memoria discurren mis pensamientos contigo, no puedo evitar que las lágrimas quieran saltar de mis ojos, que mis pulmones se dilaten y mi estómago se encoja. "Aún es muy pronto" me decía la doctora Gomis el otro día, "tienes que dejar pasar más tiempo" Sí, es muy pronto, son sólo siete meses y yo trato de seguir con mi vida hacia adelante, para estar mejor por tí, para que tú estés más libre y no te tengas que preocupar por nosotros, pero Dolors querida, tú tienes ahora otra vida, la Vida, y podrás adquirir facultades que aquí en la Tercera Dimensión no se pueden conseguir y podrás vivir y ser feliz y disfrutar sin que por ello nos pierdas de vista ni un momento, lo sé, pero nosotros aquí, estamos en inferioridad de condiciones, aunque yo esté feliz por tí, porque sé que estás bien y en buena compañía, no puedo decir que mi vida sea feliz aquí, porque sería una falacia. No soy desgraciado, no me mal interpretes, hay momentos y momentos, evidentemente que no le agrío la vida a nadie y que cuando salgo con Alana y David o con Daniel y Tanía, o con todos, o con Anna María y Jordi o con mis amigos de la Telefónica, pues nos lo pasamos bien, y sigo escribiéndome con regularidad con muchos amigos y amigas de Internet, amigos de verdad, de años y que tú conoces pues hablábamos de ellos lo mismo que tú me hablabas de tus amigas del trabajo, pero en mi interior siempre hay una zona de mi corazón que te llama, que te echa de menos, que quiere llorar por no tenerte junto a mí. Sigo disfrutando haciendo mis páginas web, aún me siguen llegando mails de condolencia por tu partida y he recibido un mail con una frase muy bonita: "Y a partir de ahora, Supermán tiene para mi nuevas connotaciones. El recuerdo de Dolors, Mariano y su familia ha quedado ligado al del Hombre de Acero", sigo disfrutando con mis series de televisión en DVD y paso buenos ratos gracias a Antoni Arigita que hacemos intercambios muy jugosos de nuestras películas favoritas y me visita como antes casi cada domingo, Javier también es un encuentro casi dominical en el Mercado de San Antonio, y no estoy deprimido ni triste, pero tú no estás físicamente conmigo, sí estás contínuamente a mi lado, te llevo en mi corazón y en mi mente a todas horas y tú eres mi último pensamiento antes de irme a dormir y el primero al despertarme, y te quiero y te seguiré queriendo toda mi vida, porque no te puedo olvidar en ningún momento, ni lo deseo, pero me gustaría que tu recuerdo me produjera felicidad por haber tenido el honor de haber disfrutado todos estos años de tu compañía, sin embargo, aunque hay momentos que lo consigo, lo sabes por nuestras citas del mediodía, hay otros momentos en que no lo consigo y me vence el sentimiento de no tenerte a mi lado o también, muchas veces, se me arrasan los ojos simplemente porque me emociono con tu recuerdo. Te quiero, te queremos y siempre será así. Dale besos a Pilar y a mis padres cuando los veas.