El amor o el odio
Esta carta esta escrita en respuesta a una persona que pedía consejo debido a estar pasando por una situación de duelo por la partida de su madre pero a la vez viviendo una situación de odio hacia su padre. Es válida para tener un punto de vista sobre cómo manejar situaciones de odio y rencor. Es muy terrible todo lo que estás pasando. Yo te respondo pero teniendo en cuenta que sólo me baso en tu escrito, no tengo otros datos para valorar y en mis propias creencias de que hay VIDA después de la vida. Pero como verás, lo que te voy a decir es de tipo Universal y no hace falta conocer los datos concretos. En primer lugar, tienes que estar tranquila por tu madre. Ella ya no sufre ninguna enfermedad y habiendo pasado por los procesos que todo el mundo pasa de repasar minuciosamente su vida para comprender sus errores y aumentar así su nivel de comprensión, habida cuenta que lo que predomina en la zona de luz de la quinta dimensión, que es la siguiente etapa para la mayoría normal de la gente, allí lo que predomina es el amor y el perdón que da la comprensión real de las cosas. En estos dos meses, tu madre ya ha perdonado a tu padre y lo comprende y lo ama y su única preocupación va a ser el verte a ti feliz. No te sientas culpable por nada de nada, las cosas ocurren cuando tiene que ocurrir y tú no tienes ninguna culpa. Queda el tema de la relación con tu padre. Mi consejo, que no es fácil de llevar a cabo, pero si es posible, es que le perdones. No estoy hablando de que vayas a verle y le digas que le perdonas porque igual te sale por donde menos te lo esperas y te dice que es él el que te tiene que perdonar a tí. Eso no lo sé y nada te puedo decir al respecto al no conocer a tu padre. Cuando te digo que le perdones me estoy refiriendo a un trabajo psicológico interior que uno mismo puede hacer sin que la otra personas tenga porque saberlo. Se trata de limpiar tu corazón del odio o rencor que puedas sentir por él, pensar que cuando le toque a él pasar por ese proceso que todo el mundo inevitablemente pasa al llegar al Otro Lado, allí él verá lo que haya hecho mal con su esposa y su hija y se tendrá que arrepentir para poder seguir adelante. Se trata pues de un trabajo diario de no avivar los rencores y el odio recordando lo que os hizo u os dejó de hacer. Piensa que ese repaso que se hace al finalizar nuestra vida aquí, en el otro lado, algo que muchas veces se llama juicio aunque no se nos juzga, somos nosotros mismos quienes nos juzgamos al ver toda nuestra vida por delante sin ningún tipo de escondrijo, con la verdad al vivo, somos nosotros los que vamos a vivir el dolor por el mal que hayamos hecho, hasta que estemos arrepentidos y podamos seguir adelante. Nadie escapa a ese auto juicio y por eso se dice muchas veces que no debemos juzgar a los demás. Y durante ese proceso siempre hay un Alma avanzada con nosotros que nos ayuda y aconseja. Fíjate que en síntesis es optar por el camino del amor en vez de por el camino del odio, porque el amor te recuperará, te sanará, en cambio el rencor y el odio consumirá tu vida, te llevará hacia la enfermedad y el desastre. Es pues, como te decía, un trabajo interno que tú te propones, que no se consigue de golpe y que como todo en la vida puede tener altibajos. Por ejemplo, si llegas a conseguir no sentir odio ni rencor por él, un día ocurre cualquier circunstancia y ese odio que parecía solucionado se reaviva. Quiere decir que aún no lo has perdonado, tienes que seguir el trabajo de perdonarlo. Repito, que él no tiene que saber que tú estás haciendo ese trabajo interno que te ayudará a crecer y a ser mejor persona. Incluso si eres persona creyente en que hay algo más allá de lo que ven nuestros sentidos y que hay una Potencia Superior que todo lo regula con equilibrio y justicia, puedes rezar por tu padre. Luego si los giros de la vida hace que os volváis a reencontrar y él nota que no hay resentimiento en ti, pues a lo mejor pueden cambiar las relaciones personales. Pero eso es una probabilidad. El trabajo es tuyo, interno, amar y perdonar es el único camino acertado en este lado de la vida. Un abrazo Mariano
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