Espíritu, materia y energía


    Desde hace muchísimo tiempo todo se reduce a la dualidad espíritu y materia. Sin embargo, la realidad de todo lo existente es la energía y espíritu y materia son lo mismo, son energías con frecuencia vibratoria diferente. Todo lo que existe en el Universo es Energía y dependiendo de la frecuencia vibratoria de esa energía se muestra de una u otra manera.

    La materia es energía con una frecuencia vibratoria lenta y el espíritu es energía con una frecuencia vibratoria mayor. Pero lo mismo que hay diferentes clases de materia, porque hay diferentes estados de vibración de la energía, también hay diferentes clases de espíritu por la misma razón de que la energía cambia de frecuencia vibratoria y cuanto más alta es esa frecuencia de vibración el espíritu es más sutil. Ya lo explicó Albert Einstein cuando dijo que la energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.

    Resulta pueril y anticuado hablar únicamente de espíritu y materia. Eso es algo que las religiones han usado por muchos años y siguen usando y con ello han hecho y hacen mucho mal. También la ciencia cayó en esa trampa y de hecho hay muchos intereses creados para que todo continúe igual.

    La física actual ya está descubriendo a través de la física cuántica como el Universo es multidimensional y consciente. La realidad del ser humano está compuesta de energía en muchos grados de vibración diferente. La Vida es eterna y pasa por diferentes fases una de las cuales es pasar por el mundo de la materia y para ello nuestra Conciencia se une con su cuerpo energético a un cuerpo material que nos va a permitir captar las realidades físicas materiales. Cuando se termina la etapa material, por el motivo que sea (ese es otro tema) el cuerpo material se transforma en polvo, pero nuestra auténtica realidad continua regresando a la dimensión superior de la que procede.

    Lo que ocurre es que el mundo espiritual es muchísimo mayor que el mundo material y es que después de la quinta dimensión del cosmos, que es el nexo de unión entre el mundo espiritual y el material, hay más dimensiones donde el grado de vibración de la energía es cada vez más alto hasta incluso traspasar el Universo dimensional y llegar ante la mismísima presencia del Principio Creador del Universo.

    Nuestros seres queridos, cuando pasan al Otro Lado, lo único que hacen es regresar a la quinta dimensión de donde provienen y donde se desarrolla la verdadera vida, pero la Conciencia puede seguir ampliándose y creciendo y dentro de esa vida eterna se puede llegar a tener la vibración energética necesaria para ir teniendo existencia real en las siguientes dimensiones.

    Cuando el Espíritu ha alcanzado el grado de Conciencia y por tanto de vibración de la energía capaz de estar ante la mismísima presencia del Principio Creador del Universo, ya no tiene nada que ver con lo que era cuando estuvo en el mundo de la materia y nosotros no lo podemos comprender lo mismo que no podemos comprender al Principio Creador pero sí vivenciar una parte suya que es común a todos los seres humanos y esa parte común es la chispita de Amor que hay en nuestros corazones.

    Sólo el Amor, que es la energía primordial del Universo, permite que la Conciencia se vaya expandiendo y creciendo espiritualmente acercándose así a su Principio Creador, pero eso puede llevar una eternidad. No es posible la comunicación entre la tercera dimensión y el mundo del espíritu que está más allá de la séptima dimensión del cosmos, pero eso no nos afecta porque la comunicación posible con nuestros seres queridos es y se da entre la tercera y la quinta dimensión (la cuarta es la dimensión etérica donde se procesa el tiempo).

    Por eso dentro de la siempre presente Justicia Divina, nuestros seres queridos, cuando pasan al Otro Lado, cuando cambian de dimensión, pueden ser conscientes y vernos y oírnos y aunque el grado de felicidad en la quinta dimensión, en ausencia del cuerpo físico, es muy grande, sí se pueden entristecer si estamos continuamente llorando y sufriendo sin comprender que no han muerto, que siguen su vida en el Otro Lado y en unas condiciones que son muchísimo mejores que en este lado. Por eso lo mejor que podemos hacer por ellos es seguir amándolos con hechos y esos hechos son las misma superación de nuestro sufrimiento, ser capaces de, por ellos, por el amor que sentimos por ellos, superar todas las barreras y seguir con nuestras vidas en este lado hasta que nos toque pasar al otro y reunirnos con ellos que nos están esperando.

    Nuestros seres queridos nos ven, nos oyen y nos cuidan, pero no están inactivos, tienen sus misiones que les proporciona mayor crecimiento espiritual y si nosotros permanecemos sufriendo continuamente, de alguna manera los retenemos un poquito y todo esto ocurre con más fuerza los primeros meses en que se ha producido el cambio dimensional de nuestro ser querido, pero a pesar de todos los pesares ellos pueden seguir su avance y crecimiento espiritual sólo que si comprendiéramos cómo es en realidad la Vida, no sufriríamos tanto y les podríamos ayudar mejor intentando recuperar la felicidad, porque la relación de amor entre dos seres jamás se rompe y todo funciona en base al Amor desinteresado, bajo la sencilla ecuación de “si tú eres feliz yo soy feliz” y cuando comprendemos esto podemos iniciar el Oficio Sagrado que es el “sacrificio” de nuestro sufrimiento en aras de la liberación y ayuda a nuestro ser querido, porque el sacrificio por amor es el Sacro Oficio (Sacrificio = Sacro Oficio) y por amor a nuestro ser querido nosotros disponemos de la fuerza que nos puede salvar de tanto dolor, pues empezamos a recuperarnos y a mejorar nuestra vidas movidos por la fuerza del amor a nuestro ser querido.

    Sin embargo, como ya he dicho en varias ocasiones y lo sigo repitiendo, hay enormes interés creados de tipo político, científico y religioso, intereses de poder, que hace que las cosas nos las enseñen de manera simplista, reduciéndolo todo a materia y espíritu y la realidad es incomparablemente mayor, majestuosa, divina, porque todo es energía y la energía puede vibrar de muchas maneras hasta llegar a su punto más alto que es su unión con el Principio Creador que muchas personas denominan con la palabra Dios.

    Mariano

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