Intentar comprender. Lo que ahora parece imposible, puede cambiar


    Cuando un ser querido se nos adelanta en el camino, el dolor que se produce es tan intenso que todo nuestro mundo cambia, todo a nuestro alrededor se transforma, y las reacciones que se producen son tan variadas como personas diferentes existimos. Algo se hace común a todos y es el llanto que ese dolor produce. Eso es algo que no se debe de cortar, pero que tampoco debe uno abandonarse a ello y caer en el descontrol, la desesperación y la rabia. Hay personas que no lo pueden evitar, otras sí, ello es debido a que todos somos diferentes. Hay personas que cuando se hallan en ese profundo dolor no pueden ni siquiera oír palabras de consuelo porque se rebelan contra todo. Todas las reacciones son respetables y todas son normales y humanas, pero también es verdad que el equilibrio es bueno siempre y en cualquier situación.

    Para las personas que inician el camino del duelo, el camino del llanto, es bueno que sepan que, aunque ahora les parezca imposible, ese malestar tan intenso pasará, tardará más o menos, pero pasará. La vida ya no será igual que antes, porque la persona que trascendió la vida material no puede regresar, al menos en nuestro tiempo de vida y por ello hemos de aprender a vivir sin ella físicamente, pero no es necesario vivir sin ella, podemos vivir con ella perfectamente integrada a nuestras vidas y nos puede servir de ayuda y consuelo lo mismo que nosotros la podemos ayudar con nuestra actitud y nuestra forma de vivir la nueva situación.

    Una de las cosas que más puede afectar a nuestros seres queridos que se nos han adelantado en el camino, es que los olvidemos. Eso no se debería de hacer nunca, aunque existen teorías psicológicas que en su intento de ayudar a la persona a superar su duelo, recomienden un cambio total de todo, cambiar de casa e incluso de ciudad, para que nada le recuerde a la persona que se fue. Eso puede funcionar en algunas personas pero se está haciendo daño al ser querido que precisamente su olvido es una de las cosas que sí les puede afectar. Claro, esto hay que entenderlo bien, por mucho daño que se les haga en este sentido, pesa más y es mayor la felicidad en el Otro Lado por poder vivir la Verdadera Vida.

    Es muy importante, hacerse cada vez más consciente de las cosas, indagar, conocer, averiguar, crecer como personas, y si actuamos con amor, por amor, por amor a nuestro ser querido, pues al cabo de un tiempo, distinto en cada persona (mínimo un año, muchas veces dos, según que personas y circunstancias menos) , nos podemos encontrar con la sorpresa de que salimos de lo que nos parecía un pozo sin fondo, de lo que creímos que era el final de nuestras vidas, y nos podemos encontrar con que hemos mejorado como personas, nos hemos acercado más al Principio Creador del Universo, sin darnos cuenta, movidos únicamente por la fuerza del amor a nuestro ser querido. Por eso sería un error muy grave tratar de olvidarlo. La vida sigue y hay que seguir adelante y no necesariamente el que no esté físicamente a nuestro lado va a suponer al hundimiento de todo, porque nuestra propia superación es una de las cosas que libera a nuestro ser querido, que le da “alas” de mayor libertad que le ayuda, por eso es cierto que nosotros podemos ayudar y mucho a nuestros seres queridos, lo mismo que ellos nos pueden ayudar a nosotros cuando la Ley Divina lo permite.

    Como decía al principio, las situaciones de duelo son muy diferentes al comienzo que cuando ya ha pasado cierto tiempo. También es importante hacernos conscientes de que nosotros tenemos un poder creador de nuestro entorno, de nuestras vidas, eso en física cuántica se lo denomina “realidad cuántica” que es diferente en cada persona. Si no somos conscientes de eso y, por ejemplo, simplemente dejamos que pase el tiempo, la situación de duelo no se resuelve igual que si nosotros hacemos algo y la fuerza de ese algo siempre debería de estar fundamentada, basada en el amor por nuestro ser querido. Lógicamente, al principio cuesta más, pero tenemos que seguir adelante y se puede hacer y se puede conseguir con la fuerza del amor por nuestro ser querido, con su ayuda y eso revierte en beneficio de las dos partes, le ayudamos al ver que somos capaces de seguir adelante, lo liberamos y nos ayuda a nosotros mismos.

    No olvidemos que debido a nuestro desconocimiento general de cómo es nuestra psicología, de cómo estamos sujetos a muchas influencias de las que no somos conscientes, muchas veces somos víctimas de nosotros mismos cayendo una y otra vez en la tristeza de los recuerdos dolorosos, de hacernos preguntas sin esforzarnos por entender o intuir las posibles respuestas. Las influencias planetarias y de los astros nos afectan de la misma manera que está científicamente demostrado que nos afecta la influencia de la luna, nuestro satélite. Nos afecta el clima, no se siente igual con un calor extremo, desbordante, que nos sofoca, o con un frío estremecedor, que en situaciones de temperaturas medias. Los cambios climáticos nos afectan, los cambios de estación. No se siente igual cuando llueve que cuando no.

    Nuestras relaciones con el entorno inmediato, familiar, laboral, nuestras circunstancias particulares tan diferentes de un caso a otro, pero que todas dependen del valor que nosotros pongamos en esas circunstancias. Nosotros podemos elegir nuestra “realidad cuántica”. Podemos elegir el no salir del pozo de la tristeza y estar continuamente recordando eventos tristes que nos machacan psicológicamente y que en nada ayudan a nuestro ser querido en el Otro Lado ni a nosotros mismos, o buscar la alegría y la luz, la felicidad o los momentos de felicidad (que aunque ahora nos parezca imposible siguen existiendo para nosotros y volverán) y superarnos y salir adelante usando la fuerza del amor a nuestro ser querido.

    Y en esta vida, “todo pasa” pero está en nosotros la posibilidad de que pase de una u otra manera, mejor o peor, y todo eso depende mucho de la comprensión que haya en nuestro interior.

    Mariano

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